sábado, 19 de febrero de 2011

El Corbiro


EL PECIO DE BAÑUGUES




Desde hace tiempo, viene siendo leyenda popular que en Bañugues se encontraban los restos de un navío naufragado. Se han oído historias de buceadores que han encontrado balas de cañón en el fondo marino. Las indagaciones apuntaban a la roca de El Corbiro como un topónimo local referente al navío hundido, al igual que está documentado en la “Costa da Morte” con el navío “Serpent” y la roca que lleva su nombre. Esta inquietud fue la que llevó a investigar este resto arqueológico. Con la ayuda de Javier Fernández, patrón de cabotaje, las pesquisas se dirigieron a buscar información sobre esta roca. Se encontró un listado de barcos hundidos en las inmediaciones del Cabo Peñas, señalándose entre ellos al “pecio de Bañugues”. Se vio asimismo que estos restos habían sido estudiados por los trabajos arqueológicos que en 1992 publicó en unas jornadas de arqueología subacuática Jose Adolfo Rodríguez Asensio.
Para elaborar el siguiente trabajo, se ha utilizado este estudio como guía a la hora de iniciar las pesquisas, que condujeron en primer lugar a la iglesia de San Nicolás de Bañugues donde se guarda en su archivo el texto original del libro parroquial llevado por Francisco Morán Labandera, donde en junio de 1698 registró este accidente. Transcribimos en primer lugar en este trabajo el texto obtenido. En segundo lugar, hacemos un breve resumen de los resultados de las campañas arqueológicas llevadas a cabo en el Pecio de Bañugues.
La intención del presente trabajo es ofrecer una reconstrucción de los hechos, así como ofrecer nuestras propias hipótesis a la luz de los datos extraídos de estos documentos, así como de la consulta de la meteorología, régimen de mareas, geografía y particularidades de la zona.

TRANSCRIPCIÓN DEL ACTA PARROQUIAL

“Sigo Yo, Francisco Morán Lavandera, cura fixo propio de la parroquia de San Nicolás de Bañugues, que el miércoles que se consta [...] de este presente mes de junio al amanecer el día, llegó a mi casa María García, mujer de Toribio Menéndez a decir que en la ribera de Bañugues de este dicho lugar, quedaban hombres muertos de un nabio que había en la costa en la peña de el Corbero, según le habían dicho unos marineros que abían salido a nado. Con cuyas noticias salí de mi casa y llebe conmigo dos ombres y inbie a llamar la justicia que por ser aquí becino llego luego, con cuya asistencia pasé a recorrer dicha ribera et allamos un hombre muerto el qual estaba solo la camisa y calzoncillos de lienzo delgado y unas medias de Inglaterra fina color franciscano. Este era un hombre grueso y color blanco de mediana estatura, pelo roxo y greño no muy largo, y preguntando a un marinero que allamos en el cabildo de dicha yglesia si lo conocía dijo ser el condestable de el nabío, y después inbié a llamar los otros dos que estaban en el lugar. Vino uno de ellos diciendo que el que faltaba no podía venir por allarse maltratado de los golpes de las peñas, y abiendo el que llegó el dicho cadaber dijo ser el condestable que decía su compañero, si bien que habiéndose juntado los dos tres volvieron a decir era [...] nuestro nabío, al que enterré en dicha Yglesia.
Y luego este día allé otro cadáver en dicha ribera, desnudo en cannes y ensenandole a los tres dijeron era el capitan de dicho nabío y le enterré asimismo en nuestra iglesia. Y de allí a dos oras poco mas o menos alle otro cadáver que dijeron ansimismo ser el contramaestro. Y otro dia alle otros dos cadáveres, que el uno benia vestido con una almilla encasinada descarlatina y parte de un juboncillo de raso y unas medias de mezcla azules blancas y negras, muchacho de mediana estatura algo moreno, y dijeron ser un sobrino de un indiano de Santander, y el otro solo traya camisa y calzonzillos, y digeron ser un criado de el y [...] de el indiano de Santander, y para que conste lo firmo en lo [...] dia mes y año arriba [...]”.
(Firma del cura párroco)
(Folio siguiente)
“Y asimismo el dia diez y siete de este mes alle otros dos cadáveres desnudos y maltratados los quales enterre y por ver [...]”.
(Firma del párroco)
(Párrafo siguiente)
“Y asi mismo el biernes que se consta son veintisiete de este presente mes, alle otros dos cadaberes desnudos, los quales enterré, y por verdad lo firmo [...] dia mes y año arriba [...]”.
(Firma del párroco)
(Párrafo siguiente)
“Y así mismo oy domingo [...] de este dicho mes alle otro cadaber bestido conun calzon de frisa color amusco y un jubón encannado y unas medias de lana gruesas y una angarina de paño rojo y al cuello una bolsita con algunas reliquias de raso y un cordoncillo de seda azul. Ombre grueso y alto al cual enterré, y por verdad [...]”.
(Firma del párroco)
(Párrafo siguiente)
“Y asimismo el dia alle otros dos cadaberes desnudos y maltratados, y esto fue el dia [...] de julio, los cuales enterre y por verda lo firmo en lo [...]”.
(Firma del párroco)

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