sábado, 15 de enero de 2011

De Camelle a Cabo Vilan


El tramo que une Camelle con el Cabo Vilán nos muestra claramente los motivos por los que los barcos de todo el mundo temían, y todavía lo hacen, acercarse a estas costas. Las olas, verdaderas montañas de agua durante los temporales, golpean con fiereza los rocosos acantilados, mientras que las nieblas y los vientos fortísimos, tan habituales en esta zona, no son sino dificultades añadidas. Pero cuando el tiempo mejora y la visibilidad es buena, se revela un paisaje de incomparable belleza. Desde el verde de los campos pegados al mar, la vista se pierde en la inmensidad del océano, hasta la línea en la que se funden agua y cielo.


El entorno del Cabo Vilán fue declarado Sitio Natural de Interés Nacional en 1933. Es imprescindible tener en cuenta que para llegar a él transitaremos por una pista no asfaltada. Lo más conveniente es disponer de una vehículo apropiado (un todo-terreno es lo ideal).


Cuenta la leyenda que los hundimientos de barcos no siempre eran causados por los temporales. A nuestros días ha llegado la memoria de los "raqueiros", auténticos piratas de tierra, dispuestos a todo tipo de malas artes para conseguir que los barcos se estrellasen contra las rocas. Uno de sus recursos habituales era atar antorchas a los cuernos del ganado. Los navegantes no podían evitar ser confundidos por estos traicioneros faros y acababan llevando sus barcos al peor de los destinos posibles. Una vez que el naufragio se había consumado, los "raqueiros" se hacían con la carga perdida.
Pero recordemos que no son más que leyendas. Frente a estas historias, frecuentes en el folclore popular de las regiones atlánticas (Bretaña, Gales, Cornualles, Irlanda, etc.), pero no documentadas, las gentes de esta comarca han dado numerosas pruebas de valor y solidaridad para auxiliar a los barcos en dificultades. En la Iglesia del Espíritu Santo de Camelle se guarda la campana del City of Agra, hundido en 1897 con 61 personas a bordo, de las que 32 pudieron salvarse gracias a la ayuda de los vecinos.




El primitivo faro de fuego de Cabo Vilán, vigía de este difícil paso marítimo, dejó su lugar en 1896 a una instalación eléctrica de 40 millas de alcance. Fue la primera en funcionar en todo el litoral español. En sus inmediaciones suele asentarse una importante colonia de aves marinas. Además, este entorno cuenta con especies botánicas únicas en toda la costa atlántica europea.


En el camino entre Camelle y el Cabo Vilán, a la altura del Cabo Tosto, encontramos el Cementerio de los Ingleses. Fue consagrado para acoger los cuerpos de las víctimas del naufragio del buque escuela inglés Serpent, hundido en 1880. Sólo tres de sus 176 tripulantes salvaron la vida.
Otro de los puntos de interés de este recorrido es el "Foxo do Lobo", una construcción ideada para cazar a ese temido animal.






Lugares: Cabo Vilán, Camariñas
Parroquias: Camariñas (San Xurxo)
Municipios: Camariñas
Comarcas: Terra de Soneira

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