Pepe Velo e o Santa Liberdade
LA REGION: En la noche del 21 al 22 de enero de 1961, 24 miembros del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL), liderados por sus fundadores, dos gallegos, José Velo y José Fernández (comandante Soutomaior), y el portugués Henrique Galvão, protagonizaron el primer secuestro con carácter político en la historia de la navegación.
El Santa María, trasatlántico de la Companhía de Navegacão Colonial de Portugal por el que pasó buena parte de la emigración gallega con destino a América, desapareció del Atlántico para saltar a las portadas de periódicos de todo el mundo denunciando las dictaduras de Francisco Franco y Oliveira Salazar.
La próxima semana se cumplen 50 años de 'aquela fermosa tolería', como escribiría más adelante el celanovés Celso Emilio Ferreiro del hito protagonizado por su vecino, amigo y compañero José (Pepe) Velo Mosquera. Un aniversario que coincidirá con la inauguración de 'O meu pai, o exiliado', la exposición fotográfica de Federico Fernández, hijo de Soutomaior y presente en el secuestro, que realiza un recorrido fotográfico de la vida del comandante Soutomaior, oriundo de A Pobra do Caramiñal, y donde el secuestro del Santa María adquiere una especial relevancia. 'A mostra recolle en imaxes obxectos e fotos familiares do comandante Soutomaior feitas polo seu fillo que, a día de hoxe, é un dos fotógrafos máis importantes de Latinoamérica', señala el investigador Xurxo Martínez Crespo, organizador de la exposición y amigo personal de Federico Fernández.
En la villa de San Rosendo, la hazaña de Velo y los demás miembros del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación con el secuestro del Santa Liberdade (nombre con el que fue rebautizado el navío), es tan recordada como las obras de sus convecinos Curros Enríquez o Celso Emilio Ferreiro. El hijo de Lino y Manuela,'os do comercio da rúa San Roque, que tamén tiñan unha fábrica de chocolate, foi o ideólogo político da operación, aunque naquela época a prensa adxudicou esa responsabilidade a Galvão, polo seu papel como portavoz do grupo. Namentres, Soutomaior foi o responsable da navegación marítima', recuerda Antonio Piñeiro, escritor celanovés que en el año 2000 publicaba 'Pepe Velo. Pensador, soñador e mestre revolucionario'.
La denominada 'Operación Dulcinea', compuesta por 12 miembros del DRIL españoles y otros tantos portugueses incluidos los hijos de Velo y Soutomaior, Víctor y Ferderico, arrancó con la partida del Santa María del puerto caraqueño de Guaira. Tras la primera escala en Curaçao, se produce el asalto con el trágico fallecimiento del contramaestre Joao José do Nascimento Costa y donde resulta herido grave el oficial José Peres de Sousa. Un hecho desafortunado que marcará el resto del secuestro y que provocó el desembarco de los heridos y enfermos en la isla de Santa Lucía, en el archipiélago de la Antillas británicas.
Informada la tripulación (cerca de 1.000 personas) de la nueva situación, el barco inicia una ruta con destino desconocido, aunque más adelante se sabría que su objetivo era Angola. Tras permanecer ilocalizados los primeros días del secuestro, el Santa Liberdade fue descubierto y seguido por la Sexta Flota de la Armada de los Estados Unidos hasta su desenlace final en aguas brasileñas, con la tripulación desembarcando en Recife y los protagonistas exiliados en el pais entonces gobernado por Janio Quadros.
Durante las casi dos semanas que el barco estuvo en alta mar, toda la prensa internacional se hizo eco del secuestro. Si bien en España y Portugal los titulares les tildaron de 'piratas' y 'terroristas', la situación del navío y la denuncia sobre la situación política y social que se estaba viviendo en la península salió en la prensa de todo el mundo, considerandose como una victoria mediática e ideológica por sus impulsores.
Pepe Velo, Henrique Galvão y José Fernández (Soutomaior) en el interior del barco. (Foto: ARCHIVO)
La próxima semana se cumplen 50 años de 'aquela fermosa tolería', como escribiría más adelante el celanovés Celso Emilio Ferreiro del hito protagonizado por su vecino, amigo y compañero José (Pepe) Velo Mosquera. Un aniversario que coincidirá con la inauguración de 'O meu pai, o exiliado', la exposición fotográfica de Federico Fernández, hijo de Soutomaior y presente en el secuestro, que realiza un recorrido fotográfico de la vida del comandante Soutomaior, oriundo de A Pobra do Caramiñal, y donde el secuestro del Santa María adquiere una especial relevancia. 'A mostra recolle en imaxes obxectos e fotos familiares do comandante Soutomaior feitas polo seu fillo que, a día de hoxe, é un dos fotógrafos máis importantes de Latinoamérica', señala el investigador Xurxo Martínez Crespo, organizador de la exposición y amigo personal de Federico Fernández.
En la villa de San Rosendo, la hazaña de Velo y los demás miembros del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación con el secuestro del Santa Liberdade (nombre con el que fue rebautizado el navío), es tan recordada como las obras de sus convecinos Curros Enríquez o Celso Emilio Ferreiro. El hijo de Lino y Manuela,'os do comercio da rúa San Roque, que tamén tiñan unha fábrica de chocolate, foi o ideólogo político da operación, aunque naquela época a prensa adxudicou esa responsabilidade a Galvão, polo seu papel como portavoz do grupo. Namentres, Soutomaior foi o responsable da navegación marítima', recuerda Antonio Piñeiro, escritor celanovés que en el año 2000 publicaba 'Pepe Velo. Pensador, soñador e mestre revolucionario'.
La denominada 'Operación Dulcinea', compuesta por 12 miembros del DRIL españoles y otros tantos portugueses incluidos los hijos de Velo y Soutomaior, Víctor y Ferderico, arrancó con la partida del Santa María del puerto caraqueño de Guaira. Tras la primera escala en Curaçao, se produce el asalto con el trágico fallecimiento del contramaestre Joao José do Nascimento Costa y donde resulta herido grave el oficial José Peres de Sousa. Un hecho desafortunado que marcará el resto del secuestro y que provocó el desembarco de los heridos y enfermos en la isla de Santa Lucía, en el archipiélago de la Antillas británicas.
Informada la tripulación (cerca de 1.000 personas) de la nueva situación, el barco inicia una ruta con destino desconocido, aunque más adelante se sabría que su objetivo era Angola. Tras permanecer ilocalizados los primeros días del secuestro, el Santa Liberdade fue descubierto y seguido por la Sexta Flota de la Armada de los Estados Unidos hasta su desenlace final en aguas brasileñas, con la tripulación desembarcando en Recife y los protagonistas exiliados en el pais entonces gobernado por Janio Quadros.
Durante las casi dos semanas que el barco estuvo en alta mar, toda la prensa internacional se hizo eco del secuestro. Si bien en España y Portugal los titulares les tildaron de 'piratas' y 'terroristas', la situación del navío y la denuncia sobre la situación política y social que se estaba viviendo en la península salió en la prensa de todo el mundo, considerandose como una victoria mediática e ideológica por sus impulsores.
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