viernes, 6 de mayo de 2011

CORSARIOS



Vigo deja sin bacalao a Oporto

Los corsarios vigueses cortaron en distintos momentos del siglo XVIII el tráfico comercial entre el norte de Portugal y su aliada, Inglaterra
Juan Bautista Salie entraba en Vigo el 13 de mayo de 1741, conduciendo el bergantín inglés Buen Suceso, apresado entre Caminha y A Guarda, cuando transportaba carbón en piedra desde el puerto irlandés de Waterford a Oporto. No era la primera vez que este corsario entraba en la ría para dejar a buen recaudo a sus presas inglesas. España se enfrentaba entonces a Inglaterra en la conocida como la Guerra de la Oreja de Jenkins que, a partir de 1742, se transformaría en un episodio más de la Guerra de Sucesión Austríaca.
Desde 1621, los reyes españoles habían regulado con numerosas reales ordenanzas la actividad corsaria. A través de un documento denominado patente de corso, una persona quedaba autorizada por el rey a atacar buques mercantes de la nación con la que España estuviese en guerra. Pero había unas reglas estrictas y quien no las cumpliese se arriesgaba incluso a que lo ajusticiasen en la horca.
El quinto del rey
A través de La Gaceta de Madrid, publicación predecesora del Boletín Oficial del Estado, se puede seguir la intensa actividad realizada por los corsarios vigueses a lo largo del siglo XVIII, cuando llegaron a cortar las vías de aprovisionamiento entre el norte de Portugal e Inglaterra, dos naciones tradicionalmente aliadas. Hasta el año 1748, el trasiego de barcos fue continuo. Más de sesenta presas fueron trasladadas al puerto de Vigo y otras treinta más al puerto de Baiona. Muchas localidades costeras de Galicia se dedicaron a esta actividad, mitad patriótica, mitad económica.
Los barcos eran armados por comerciantes que, mediante la patente de corso, se quedaban con lo que sacaban de la venta del barco capturado y de su carga, salvo la quinta parte que debía ser entregada al rey.
A consecuencia de este bloqueo impuesto por la flota corsaria, la ciudad de Oporto sufrió entre los años 1741 y 1748 un gran desabastecimiento de bacalao, especie que era capturada en Terranova. El 23 de octubre de 1742, Juan Fernández y Salvador de Barros capturaban dos bergantines ingleses con bacalao; el 11 de enero de 1747, el corsario Juan de Cores conducía a Vigo a la balandra Richard Sarach, cargada con bacalao procedente de la Terranova norteamericana.
eran otros tiempos mayo de 1741

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