domingo, 26 de diciembre de 2010

LA GUARIDA DE LOS RAQUEIROS

 Es una noche terrible, oscura y negra, el viento silva violento por las callejuelas angostas  cercanas  al puerto de La Guardia .Llueve que casi no se ve.
  En el bajo de una casucha que parece que se sostiene en pie por las casas que estàn a los lados, hay una luz amarillenta que sale por el ventanuco de la puerta  e ilumina tenuemente la callejuela.
  Es una tienda-bar con las paredes de piedra hùmedas donde se mezclan las redes, los arengues, el bacalao ,los garbanzos.
  En la  pequeña barra mugrienta  “ O portugués” bebe aguardiente .Es  un  tipo delgado (aspecto enfermizo y siniestro) de bigote fino con unos ojos  hùmedos  y brillantes
  Fuera llueven chuzos y el viento sigue silbando violentamente Y el mar   retumba contra las rocas.                

   En la cocina por llamarla de alguna manera una vieja enlutada esta preparando  Gichos con choriza y patatas en el puchero.

   La puerta se abre y entran cuatro hombres empapados y tapados con ropas oscuras. Se sientan en una mesa desvencijada y piden vinio y una taza de caldo a la vieja.

   Los hombres hacen una señal al portugués  que se acerca con la copa de aguardiente  y todos cuchicheaban entre las humeantes tazas de caldo.


  Los hombres salen de la taberna y se dirigen por las callejuelas hacia las rocas  donde el mar golpea con estruendo.

 Siguen el camino estrecho cerca del faro donde encendieran las hogueras para despistar a los barcos que engañados por las luces encallarán en las rocas.


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